Para R.J.C.
Sobre este blanco de papel me juego
el último resto que mi mano guarda
que la suerte espera y el azar no tarda
vivir es perder y apostar de nuevo.
En sólo un segundo el tablero rueda
nosotros, las piezas, también nos movemos
sabemos quién gana si al final perdemos,
quién sabe si al premio ya nadie lo espera.
La trampa es inútil, ya echada la suerte
jugamos sabiendo que el fin es la muerte;
con marcadas cartas, y dados de fuego,
el destino burla mi esperanza vana,
mas todo lo apuesto si se pierde o gana
tu amor o tu olvido al final del juego.
Nota: Espero sepan disimular el atrevimiento y la improlijidad del texto, mis conocimientos literarios -no hace falta decirlo- son nulos.
A veces el amor es un juego que nunca terminamos de aprender a jugar.
.
martes, 15 de mayo de 2007
Suertes
Publicado por
amaliovilla
¿Te gustó? Compartilo con un amigo:
Etiquetas: Reflexiones
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
MUY buena frase esa última!!! absolutamente cierto, nunca vamos a aprender a jugar...
Atrévase nomás que no le sale nada mal...
Besos
Quizás, en la vida, ¡mucho es cuestión de atreverse!
Si querés un ejemplo más claro, pensá en algunos políticos, y esos si que nos llevan la delantera, eh?
En cosas de amores y juegos...todo suma intensidades...nada es eterno.
K
certo! così e la vita...
cierto! asì es la vida...
a brillar!!! (y a remontar esa historia de AMOR!!!)
saludos,
charls.
Creo q este juego es el tuyo...muy buen poema!!
Felicitaciones
Shirley V
Publicar un comentario