lunes, 22 de enero de 2007

Se necesita más que el título, "doctora"

.
En alusión a Patricia Argañaraz, odontóloga.

Hay veces que ciertas cosas nos provocan rechazo, miedito. Por ejemplo el torno de un dentista.
Pero nunca es tan justificado este miedo cuando a dicho instrumento lo maneja la doctora Argañaraz.
Cuidado, cuidado inocentes mortales con dolor de muelas, si ven enarbolado el torno en manos de esta profesional, huid, huid sin conciencia ni respiro, eligiendo medicamentos caseros, baños de sahumerio y consejos de viejas, antes que el sillón de su consultorio.

O haced como yo, que después de sufrir un mes, elegí hacerme atender (no sin cierto recelo) por la doctora Liliana Fernández, experta en endodoncia.

P.D. Al Rector de la Facultad de Odontología, que expende los certificados pertinentes: Rescatate, macho!


Una imagen que se me quedó grabada


¿Sabrá para qué sirve cada uno?



Dígame, doc, porqué no un secador de pelo, mejor?
Así nadie sale lastimado.



.

No hay comentarios: