miércoles, 21 de marzo de 2007

El otro yo

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Nadie me creía, al principio yo tampoco. ¿Cómo iba a ser posible? Que alguien me estaba traicionando, eso era seguro, que me sentía vigilado, controlado, y al final, con una sensación de que alguno me estaba tomando el pelo, era innegable ¿Pero quién? Desconfiar de los amigos, sospechar un complot, un golpe de mala suerte...

Podía ser, pero no me cerraba. Todos tenemos ataques de pánico, arranques de histeria, golpes de manía persecutoria, en fin, somos vulnerables, cosa sabida. Pero siempre encontramos un chivo expiatorio, alguien a quién hecharle la culpa, un vecino, el presidente de bolivia, el arquero de Unión de Sunchales, el almacenero, cualquiera sirve, y cuando nadie aparece, entonces recurrimos a lo impersonal: el destino, una mala racha, la conjunción entre Júpiter y Saturno, cualquier cosa en quien descargar tanta presión, tanta necesidad de ser víctimas por un rato.

Pero hay veces que ni con eso alcanza, que no podemos mentirnos, sabemos que lo malo que nos pasa no viene de afuera, que a nadie le importa siquiera hacernos daño y entonces, la revelación surge clarita como luna de mayo: somos-nosotros-mismos.

-¿Cómo nosotros mismos? Imposible, mirá si yo mismo me voy a hacer daño.

Bueno, en realidad, no es que seamos nosotros, sino los nos-otros, los otros nosotros, ese otro yo de cada uno que espera el momento menos oportuno para aparecer, para ser por fin el único, o al menos el primero en la lista.

Ahora que lo sabemos, habrá quienes sigan sin querer creerlo, y otros que se resignarán, quién sabe. Pero una cosa es cierta: detrás nuestro, siempre, aunque no queramos verlo, estamos nosotros.

Aunque para sentirnos mejor sigamos echándole la culpa de la suba del gas a los callos del intendente.
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Elenco protagónico (en orden de aparición, no de mérito):

Personaje 1 "Yo": Carlos Agustín.

Personaje 2 "El Otro Yo": Carlos Agustín.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Doble Charly!... en mi mente se amontonan las boludeces que podría escribir al respecto, pero prefiero obviarlas y decir que me gustó mucho el post.