sábado, 17 de marzo de 2007

El sueño y el espejo

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En las noches en las que no puedo dormir pienso mucho en los espejos. Imagino que ese mundo paralelo vive detrás de los cristales, bulle con un frenesí mucho mayor que esta realidad.
El insomnio me trae las ideas una tras otra, así van llegando y pienso, de repente, qué actividades ocupan a la gente detrás del espejo, cuando nadie desde aquí los está mirando.
Qué hace ahora mi imagen, por ejemplo, mientras yo trato de dormir, y entonces prendo la luz, busco un espejo y allí estoy yo, otra vez, tratando de ver en esa mirada, alguna diferencia, algún gesto que me demuestre que ese otro yo viene de otro lado, de un mundo que es paralelo pero distinto en todo. Sé que detrás del espejo todo es posible, como en los sueños, y entonces sí, me doy cuenta de que es así, que dentro de los espejos hay otra vida y que el sueño es la puerta para llegar. Dormidos somos los que viven dentro del espejo, podemos volar, ser otros, ver a los muertos, ser niños de nuevo...

Ahora que lo sé sólo me falta comprobarlo, dormir es cruzar la puerta, es atravesar el espejo, sé que puedo hacerlo, pero al parecer, no será esta noche.














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1 comentario:

KC dijo...

Podemos descubrir lo que hay detrás del espejo, despiertos
Es decir: podemos soñar, volar y transguedir mundos, aún en la vigilia...
K