Gauchito Gil

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Desertor, rebelde, criollo Robin Hood, ¿cuál es tu verdadero rostro?
Devoto de San La Muerte, congelabas ánimos con tu mirada,
muerto con tu propio acero, sanaste sin embargo al hijo de tu asesino.

Y ahora, ciento cincuenta años después de tu muerte
el pueblo te pide milagros. ¿Podrás con tanta carga?
¿Podrás otorgar libertades, campeonatos, la salud a los enfermos?

Tan arraigado estás en el corazón de alguna gente.
Los oprimidos, los perseguidos, los deshauciados,
todos ellos te rinden culto, te sienten más cerca que a los santos.

¿Y qué dirás de los otros, de los que como yo, pasan a tu lado
y sólo pueden ver trapos rojos?

La fe, en cualquiera de sus formas, nos está abandonando.
Salud entonces a los que todavía creen, aunque sea
en cosas tan distintas como la Virgen Desatanudos
o el libro de los sueños, con números para la quiniela.














Tomas realizadas en la vereda de la Quinta Agronómica, Av. Roca 2000.


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