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Juguemos a ser lo que no somos
para atrevernos hasta lo increíble
que con un disfraz mucho más fácil
es robar un beso, asaltar un banco,
arriesgar la vida.
Cambiemos de máscara por un día
seamos por hoy piratas,
odaliscas, mosqueteros,
calcémonos cualquier identidad,
menos doctores, abogados, ingenieros;
menos lo que somos, lo que creemos
saber que somos, y no queremos.
Aunque al final de la fiesta
máscara y disfraz tengan
más de verdadero
que nuestro propio rostro
y nos avergüence volver a usar
ése otro antifaz, el mismo
conque pagamos las cuentas
y damos los buenos días a la vecina.
Señorita infierno.
La estrella del amanecer y el ocaso, Faraón.
¿José Miel?
Nefertiti, diosa reina.
Versión criolla de Hugh Hefner y sus conejitas.
Promotora de autos, o de cigarrillos, no sé.
Pablo Mármol.
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4 comentarios:
Buena producción de los disfraces! De los de tela y de los otros.
Vas a tener que llevar a las conejitas a la próxima reunión blogger que hagamos! Sino no te dejamos entrar!
me interesan esos disfraces!!
que mala onda que te censuren :@
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